Colegio Mayor de San Ildefonso

Universidad Cisneriana

Si hay un trabajo arquitectónico que simbolice a la Universidad de Alcalá, este es sin duda alguna la fachada plateresca de Rodrigo Gil de Hontañón.

La Universidad Cisneriana es la más vasta, valiosa y representativa obra arquitectónica de la ciudad, sede del Rectorado de la moderna institución universitaria complutense. Su fundación, en 1499, por el cardenal Gonzalo Jiménez de Cisneros convirtió a Alcalá de Henares en uno de los centros universitarios más importantes de Europa, particularmente, por sus estudios de Teología.

A su amparo se construyeron más de cuarenta colegios menores, se fundaron numerosos conventos, se edificaron hospitales, se trazaron y urbanizaron nuevas calles y hasta se erigió una cárcel para estudiantes, símbolo del poder jurisdiccional de la Universidad.

Los siglos XVI y XVII conocieron su expansión y mayor esplendor. Entró en declive en el XVIII hasta ser clausurada por Real Decreto en 1836. A partir de su reinstauración en 1977, la Universidad de Alcalá esta aplicando un nuevo y ambicioso proyecto de desarrollo que ya ha rendido muchos e importantes resultados.

Cualquier primera visita al Colegio Mayor de San Ildefonso debe rendir tributo de contemplación a su fachada, magnífica obra plateresca de Rodrigo Gil de Hontañón. Fue construida entre los años 1537 y 1553, veinte años después de la muerte del cardenal fundador, sobre la primitiva pared de ladrillo. La disposición de todos los elementos escultóricos y arquitectónicos responde a un propósito narrativo sobre los principios filosóficos y teológicos que sustentaban ideológicamente la institución cisneriana. Ha sido y sigue siendo materia de disquisiciones y controversias.

Una vez en su interior, el visitante no podrá reprimir su asombro ante el monumental patio herreriano de Santo Tomás de Villanueva, el primero de los tres que encontrará si recorre hasta su fin el eje central del edificio. Juan Gómez de Mora lo trazó en 1618 y José Sopeña concluyó las obras en 1662. Tiene tres pisos que siguen una armónica gradación de alturas, los dos primeros de orden toscano con arcos de medio punto y el tercero de orden compuesto con arcos rebajados.

El segundo patio, aunque responde en su mayor parte a una restauración del siglo XIX, traslada al visitante al ambiente que debió de tener la primigenia universidad de ladrillo. Se le conoce por dos nombres: Patio de Filósofos, porque en él estuvieron instaladas las aulas de Filosofía, y Patio de Continuos o ‘continos’, porque en él se alojaron, en su día, los criados.

El Patio Trilingüe es el último espacio abierto de la Universidad. Su nombre proviene del Colegio de San Jerónimo o Trilingüe, que se instaló en este lugar en el último tercio del siglo XVI y cuyos objetivos docentes consistían en la enseñanza del latín, griego y hebreo, lenguas, junto al arameo, en que se editó una de las obras maestras de la bibliografía mundial: la Biblia Políglota Complutense. El Trilingüe es un hermoso claustro renacentista construido entre 1564 y 1570 por Pedro de la Cotera. Desde él puede accederse al Paraninfo por su puerta principal. Esta estancia y la Capilla de San Ildefonso son las dos edificaciones universitarias más antiguas de entre las conservadas. Ambas están cubiertas por unos artesonados mudéjares que maravillan por su complejidad y belleza.

El Paraninfo es usado como salón de actos de la Universidad. El evento más ilustre se celebra cada 23 de abril para investir al ganador del Premio Cervantes de Literatura.

En cuanto a la Capilla de San Ildefonso, además de los techos cósmicos de la nave y el presbiterio, el visitante podrá admirar las yeserías de las paredes, talladas a cuchillo, y el sepulcro del cardenal Cisneros, sobresaliente obra de la estatuaria fúnebre gótico-renacentista, tallado en mármol de Carrara por el escultor florentino Domenico Fancelli.

Datos de contacto

Teléfono: 91 885 41 22
Dirección: Plaza de San Diego, 6
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