Ayer viernes, en la Sala Margarita Xirgú, nos trasladamos al S. XVII. El cuento XIX del “Conde de Lucanor” de D. Juan Manuel hizo de hilo conductor para llevarnos, durante una hora, por los sentimientos de desesperación más profundos de una mujer: Francisca de Pedraza.
El relato del Conde de Lucanor: Lo que sucedió a una zorra que se tendió en la calle y se hizo la muerta, utiliza la metáfora de una animal como la zorra, para contarnos una historia de sufrimiento e indiferencia de la sociedad ante una situación injusta como es la de la violencia machista. Varias veces, a lo largo de la representación, Francisca dice que le duele más la indiferencia de la gente (cuando presencian su maltrato) que los golpes.
Una situación, que, en esencia, es la misma desde hace siglos hasta nuestros días: la sensación de superioridad y poder que ejerce el hombre sobre la mujer. Este sentimiento es el que lleva al maltrato en todas sus facetas (psicológico, físico)
En la historia que nos cuentan , es muy importante la figura de un hombre: D.Álvaro de Ayala (rector de la Universidad de Alcalá) que, gracias a su empatía y valentía, no miró para otro lado y dio a Francisca la posibilidad de VIVIR al sentenciar el divorcio y la orden de alejamiento para su marido. Una sentencia ejemplar, más, si tenemos en cuenta que era el tercer intento de Francisca ante una autoridad de conseguirlo.
Reflexiones tan actuales, para una mujer del siglo XVII como: “Juzgan y deciden por mí unos señores del tribunal eclesiástico que ni están casados, ni tienen hijos, ni saben nada de la vida en familia…”
La puesta en escena, sencilla, no necesita más, los actores le dan toda la fuerza que necesita, especialmente Beatriz Jimeno, que da vida a la protagonista , que está ¡magnífica!. José Bernal, como D. Álvaro de Ayala y Gloria Palma (que interpreta varios personajes) completan el trío protagonista.
¡Un gusto ver el trabajo de Maru-Jasp una vez más!
Fotografía procedente del facebook de Maru-Jasp
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