Ruta literaria por Alcalá de Henares
Localización 7: Calle de la Imagen. Convento de la Purísima Concepción
Religiosa, doctora de la Iglesia Católica, mística y fundadora de las Carmelitas Descalzas.
Representante de la mejor literatura mística en castellano: “Quiero muriendo alcanzarle,/pues a Él sólo es al que quiero,/ que muero porque no muero”.
Dentro de su reforma contra la relajación de la normas de la orden decidió volver a la austeridad, la pobreza y la clausura. Relacionada con nuestra ciudad por este Convento de la Purísima Concepción o de la Imagen del que fue priora en tres ocasiones Sor Luisa de Belén, la hermana de Cervantes y uno de los más representativos del Renacimiento complutense.
Fundado en 1563 por la Beata Sor María de Jesús en colaboración con Santa Teresa de Jesús y bajo el patronazgo de Leonor de Mascareñas aya de Felipe II, es un magnífico ejemplo plateresco en el que destaca la bella fachada de Covarrubias. Decorada con grutescos, dragones y figuras fantásticas en ella se encuentra la imagen de la Inmaculada que da nombre a la calle. La clausura alberga una excepcional escalera y un patio atribuidos también a Covarrubias y numerosos recuerdos de Santa Teresa, cartas personales, la carta fundacional del Convento así como la celda que ocupó en 1576. Por el hecho de ser mujer Santa Teresa se encontró ante la imposibilidad de predicar, para ello se sirvió de la escritura, para decir lo que pensaba sobre numerosos temas y hablar de su relación con Dios. Fue una lectora voraz y una escritora incansable y única. A los 13 años quedó huérfana de una madre que la había inculcado su gusto por la lectura, en aquella época vidas de santos y libros de caballería. “era tan extremo lo que en esto me embebía que, si no tenía libro nuevo, no me parece tenía contento”.
Dotada de una espiritualidad fuera de común en los últimos 20 años de su vida se concentró la mayor parte de su obra literaria y la literatura fue, junto con la religión, la gran pasión de su vida. También fue pionera en la escritura testimonial y biográfica. El libro, aseguró en El Libro de la Vida era “una compañía u escudo en que había de recibir los golpes de muchos pensamientos”. Sin él, “era luego disbaratada el alma y los pensamientos perdidos; con esto los comenzaba a recoger y como por halago llevaba el alma. Y muchas veces, en abriendo el libro, no era menester más; otras leía poco, otras mucho, conforme el señor me hacía”. Otra de las lecturas importantes para su vida y obras fueron Las confesiones de San Agustín. Entre sus obras destacan este El libro de la vida prohibido durante doce años por la Inquisición del que el padre Domingo Bañez afirmó “tiene muchas revelaciones y visiones, las cuales siempre son mucho de temer, especialmente en mujeres, que son más fáciles en creer que son Dios”. Su estilo y la calidad de su obra han sido apreciadas por autores de todas las épocas, Gerardo Diego dice de ella que “Santa Teresa escribe, no tanto como habla, sino como es. Es escribiendo, lo es en su totalidad y unidad”. Lorca la definió como “flamenquísima y enduendada. Flamenca no por atar un toro furioso y darle tres pases magníficos, que lo hizo, no por presumir de guapa delante de Fray Juan de la Miseria ni por darle una bofetada al Nuncio de Su Santidad, sino por ser una de las pocas criaturas cuyo duende la traspasa como un dardo”. A través de su vida y su obra se refleja su espíritu de mujer transgresora que se enfrentó cara a cara con todos los órdenes establecidos de su época institucional, eclesiástica y patriarcal.