La literatura y la cerveza unidas por un concurso de relatos cortos

Cien razones para para amar Alcalá +tres

 CIEN RAZONES PARA AMARTE  es la sección sobre Alcalá de Henares con que nos deleita nuestro colaborador Antonio Lera sobre las cien razones que le han llevado a amar esta ciudad y que parece que tiene vida para largo

“Escribir es un acto de descubrimiento;
a veces no sabes realmente lo que piensas
hasta que lo pones en palabras”.


Joan Didion

Ángel Nieto, supersticioso cerril, como casi todos los que en su profesión se juegan un poco la vida, siempre decía que había ganado doce campeonatos del mundo más uno. Yo, un poco más por no desdecirme que por miedo a tentar a la suerte, como mucho me arriesgo a un esguince en un dedo al teclear en el portátil, voy a copiarle en lo de andar sumando cifras, que en lo de subirme a una moto ni se me pasa por la cabeza, soy muy cobardica a la par que bastante torpe. El caso es que hace cuatro años me lanzaron el reto de escribir sobre Alcalá de Henares y su Historia, partiendo de la ilusa percepción de que por haber estudiado la carrera estaría capacitado. Agradezco la confianza de mi querida Nieves, aunque a día de hoy aún desconozco de dónde pudo haberla sacado. Yo, más chulo que un ocho, que para eso soy berciano a la par que kosladeño, recogí el guante y me vine arriba, sin necesidad siquiera de que mediara un “no hay huevos”. ¿No querías sopa? Pues toma taza y media. Prometí cien razones para amar esta ciudad y para no poder echarme atrás lo aseveré en el título. Y lo que parecía una entelequia imposible de llevar a cabo, pues resulta que al final me he quedado corto. Porque cada día que pasa encuentro más pretextos para enamorarme y más motivos para contarlo. Y en eso ando, con la cien más tres, a ver si con la tontería llego a las cien más cien, que suena más potente e intenso que doscientos. A lo campeón, a lo Ángel Nieto.

Ya estoy oyendo las risitas y notando el cachondeo de algunos al leer la última frase del anterior párrafo. Porque si de algo tengo fama merecida y probada es de quedar casi siempre segundo, que lo de la victoria es cosa de otros. Y, ha quedado bien claro, no estoy hablando de carreras de motos. Me refiero a concursos de relatos. Y más concretamente al concurso de relatos “Llegando a Puerto”, organizado por uno de los pubs más conocidos y culturalmente prolíficos de Alcalá de Henares, el O´Malleys. Y más concretamente por su dueño, Raúl, un poco empujado por ciertas malas influencias que no voy a nombrar por mi propia seguridad y la del anteriormente citado, aunque son de sobra conocidas por todo el mundo, por las que se dejó arrastrar, y, no quiero pensar mal, puede que eso haya tenido cierto peso a la hora del recuento de votos. Por supuesto es broma, la honestidad del tabernero se da por sentada, aunque por el buen gusto del público, que es el que vota, no pondría la mano en el fuego. Vaya, me temo que estoy dando la imagen de no saber perder, cuando en realidad lo que no sé, a las pruebas y a mi historial vital me remito, seguidor del Atleti contra los consejos de mi cardiólogo, es ganar.

Después de esta pequeña broma interna que entenderán casi todos los participantes y la mayoría de los asistentes de la anterior edición del concurso, me voy a poner un poco serio sobre el tema, que es lo que procede. En un mundo donde es mil veces más fácil llenar un bar que una biblioteca, una taberna que una sala cultural, y una cervecería que un museo, si exceptuamos el del jamón, claro, que un pequeño pub de una ciudad de extrarradio, que ni siquiera se encuentra situado en el centro urbano e histórico, se abarrote todos los domingos por la tarde cada vez que se celebra una sesión del concurso de relatos, no deja de ser alentador para los que estamos enamorados de la literatura, que, contra mi anterior y pesimista creencia, somos muchos más de los que se me antojaban. Por lo cual tengo que estar muy agradecido, al O´Malleys, bonita historia la de la pirata femenina dueña originaria del nombre, y por extensión a su dueño, que, no conformándose con convocar para cada ocasión a ocho locos escritores, casi todos aficionados, aunque algún profesional se cuela, también da cancha en su local a la música en directo, a las competiciones de dardos, a los monologuistas amateurs, y, aquí sí que hay peligro y violencia contenida, a las batallas de trivial. He visto sacar navajas por culpa de una discusión sobre la forma de ganar un quesito amarillo. Y siempre, dato y punto importante, acompañados de una cerveza. No es banal la cosa, que la birra corra en sintonía con las palabras. Diversión asegurada, felicidad completa. ¡Oh, Diosa dorada, cuan soportables haces las derrotas, cuan hermosas las victorias, cuan dulce el amor ciego, cuan grandiosa la amistad, y cuan tolerables los chistes malos!

Me disculpo por lo de ciudad de extrarradio, que nadie se me ofenda. Por muy grandioso que haya sido su pasado, muy boyante que sea su presente, y muy ilusionante que sea su futuro, no es cuestión de cerrar los ojos a la realidad, por mucho que amemos a Alcalá. Pero cosas como estas son las que cada día la hacen más grande. Una más a sumar. Podrá parecer pequeño y sin demasiada importancia, comparado con mercados cervantinos, premios Cervantes y festivales teatrales. Pero tener la oportunidad de expresarte, de escribir tu relato, de compartirlo con la gente en un ambiente seguro y agradable, no es tan fácil ni tan factible como pudiera creerse. ¡Y acompañado de una jarra, de una pinta, o de un tercio de cerveza, no hay que obviarlo! El pub O´Malleys da la oportunidad en su certamen de relatos “Llegando a Puerto”. Ojalá fuera una enfermedad contagiosa que se extendiera, y para la que no sería necesario ni conveniente buscar una vacuna. El premio es lo de menos, una caja de cervezas, los aplausos de un público entregado, y la posibilidad, si estás entre los ganadores, de que tu relato aparezca publicado en un libro al final de temporada. Una pequeña dosis de orgullo y amor propio, una gran oportunidad de vacilarle a los cuñados en la cena de Nochebuena. En septiembre una nueva edición, la segunda de muchas por venir, espero, dará comienzo. Así que si tu alma de poeta quiere salir a la luz, si tu corazón de literato busca desesperado el lugar donde dar rienda suelta a su pasión, si tu imaginación sueña con volar libre sin más pretensión que huir de la rutina diaria, creo que has encontrado el sitio y el momento adecuados. Yo, cuando escribo, siento que abarco todo el mundo, que soy capaz de cualquier cosa. Seguro que tú sientes algo parecido. ¿No sería maravilloso poder compartirlo? Para mí poder hacerlo es una razón más para amar Alcalá de Henares.

Si quieres participar en el concurso de relatos cortos “Llegando a puerto” infórmate escribiendo al correo electrónico omalleysalcala@gmail.com.

“La escritura es la única forma
de hablar sin que te interrumpan”.

Jules Renard