Dulces típicos de Alcalá

Alcalá de Henares, una ciudad muy dulce

La Costrada, las almendras garrapiñadas y las rosquillas de Alcalá

Alcalá de Henares es una ciudad Patrimonio de la Humanidad desde hace más de 25 años, concretamente desde el 2 de diciembre de 1998. Esa es una de las razones por las que recibimos miles de visitantes todos los años, en cualquier época.

Las personas que nos visitan tienen un abanico de procedencia muy amplio: desde el viajero procedente de lugares más cercanos, como la capital madrileña o la comunidad de Madrid, a los más internacionales, allende los océanos.

Tenemos en Alcalá de Henares un turismo íntimamente ligado a nuestra Universidad, y por tanto, con visitantes estudiantes, que realizan aquí sus estudios universitarios o Master de especialización. En este capítulo entrarían también los visitantes que acuden a congresos o cursos internacionales de la Universidad de Alcalá de Henares.

Por otro lado, nuestra ciudad se ha revelado como destino para congresos profesionales o empresariales por instalaciones como el Parador de Alcalá que fomentan este tipo de eventos.

Alcalá de Henares aparece, además, en muchos circuitos turísticos, para las personas que vienen a visitar Madrid, ya sea desde otros paises (turismo internacional) , como desde nuestro propio país. Con Madrid “a tiro de tren de cercanías, autobuses urbanos, o turismo particular” Alcalá de Henares es el destino elegido por muchos de esos turistas que visitan Madrid capital y quieren ampliar su circuito a otros lugares cercanos de interés. Podríamos pensar en que Alcalá de Henares está en la misma lista de destinos en la que tenemos lugares históricos como El Escorial o Aranjuez con la ventaja de estar todavía más cerca de la capital.

Alcalá de Henares es una ciudad perfecta para venir a pasar una jornada, aunque no podamos hacer noche en la misma. Siempre es más aconsejable poder pernoctar en uno de los establecimientos hoteleros con encanto de los que dispone la ciudad para que nos de tiempo de hacer las visitas turísticas completas, pero no es imprescindible.

Tanto si el viajero nos visita solo para pasar el día como si lo hace por una estancia más larga, la gastronomía es un aliciente más a disfrutar en Alcalá de Henares, famosa por sus tapas, y sus estupendos restaurantes, pero no menos famosa por su repostería.

Dulces de conventos

Si por algo es famosa Alcalá, históricamente, a parte de por tener el honor de contar entre nuestros vecinos con el ilustre Miguel de Cervantes, es por el gran número de Colegios Mayores y de Conventos con los que cuenta en su centro histórico. Edificios de una gran belleza, levantados en el siglo de oro, la mayoría de ellos que, en muchas ocasiones, han pasado del uso de edificios religiosos al académico.

Aunque a día de hoy, el uso de los edificios que fueron religiosos conventuales se ha modificado en muchos de los casos y reconvertidos en edificios de uso “civil”, tanto para administraciones como para uso de dependencias universitarias, la tradición repostera de las monjas ha dejado su impronta en Alcalá.

Las almendras garrapiñadas de las Clarisas de San Diego

A día de hoy, todavía se pueden comprar las famosas almendras garrapiñadas de Alcalá en el convento de las clarisas de San Diego en la calle Beatas. Pero la compra de este dulce típico de Alcalá en el convento de las clarisas no es una compra sin más, conlleva el encanto de una compra totalmente atípica: las almendras las pedimos a través del torno que está en el vestíbulo del convento y que comunica a la comunidad de religiosas de clausura con el exterior. En ningún momento vemos a la religiosa que nos habla. Elegimos nuestro paquete de almendras de entre el muestrario que vemos en la pared junto con sus precios, y se lo pedimos a través de ese torno de madera en el que depositamos el dinero, giramos y recibimos en el siguiente giro, nuestra cajita de almendras.

Las almendras garrapiñadas se hacen en nuestra ciudad, al menos desde el siglo XVIII, con almendras y un almíbar de azúcar tostado, pero las que hacen las clarisas de San Diego son, sin duda, las mejores. No sabemos si tienen algún secreto que no han contado en su elaboración, o es que al pasar por la calle San Diego ya empezamos a oler el aroma delicioso que sale por las ventanas del convento y que nos lleva, irremediablemente, a acercarnos al torno y volver a deleitarnos con el sabor de este delicioso dulce

Otros dulces conventuales en los conventos de Alcalá de Henares

También otros conventos de monjas de clausura como el de las Concepcionistas Franciscanas de la Calle Santa Úrsula (las Úrsulas), tiene a la venta dulces monacales como rosquillas, mermeladas, pastas, bizcochos o membrillo casero, incluso empanadas por encargo y a través de su página web.

Las dominicas de Santa Catalina de la calle Empecinado son otras de las religiosas que han llegado hasta nuestros días manteniendo su cocina monacal en activo para elaborar dulces navideños como mazapanes o tejas de almendras

Rosquillas de Alcalá

Pero no solo de dulces conventuales y almendras garrapiñadas vive Alcalá. Otro de los postres emblemáticos de la ciudad son las famosas rosquillas de Alcalá. No os vamos a engañar, no es un postre bajo en calorías, como tampoco lo son las almendras garrapiñadas … pero el invierno es largo y frío en el centro de la península y con un chocolate o café calentito y un dulce se lleva mejor ¿verdad?.

rosquillas de alcala

Las rosquillas de Alcalá las podemos encontrar en casi cualquiera de las pastelerías de la ciudad, aunque las que compremos en las pastelerías de la calle Mayor o la plaza Cervantes, tienen un encanto especial.

Una rosquilla pero de hojaldre, cuatro capas, nada menos, y una crema yema de huevo para cubrirlas. Hay innovaciones con coberturas de otro tipo, como chocolate, pero la clásica es la de yema de huevo. Las que están bien elaboradas tienen una textura y un sabor difícil de olvidar. Hay referencias a las Rosquillas de Alcalá ya en el siglo XVI, haciéndose famosas posteriormente en Madrid, donde estaba la corte real.

No nos atrevemos a recomendaros unas en concreto porque, para gustos, los colores, pero, si os tenemos que dar un consejo, encaminad vuestros pasos hacia el final de la calle Mayor, casi llegando a la plaza de los Santos Niños, en la acera de los pares, y buscad una pastelería emblemática de Alcalá, que lleva abierta desde los años 70 y os captará por su escaparate y su olor.

Costrada

Y para finalizar por este paseo no apto para personas que estén a dieta en estos días, no podemos terminar sin hacer referencia a la Costrada, ese otro dulce emblemático de Alcalá de Henares.

La Costrada, un postre para los amantes del merengue y las milhojas de hojaldre, que completa el esplendor de su sabor y textura con una crema pastelera y una cobertura de almendra picada y gratinada.

costrada

En Alcalá de Henares la costrada comenzó a elaborarse, según algunos, en la desaparecida confitería Salinas nada menos que en 1846, cuando se inauguró en la Plaza de Cervantes, aunque otros conceden el honor de la primera elaboración a la pastelería El Postre en 1935 , a partir de una receta aportada por Concepción Azaña, de un postre que había tomado en una boda en Zaragoza. No sabemos cual de las dos versiones es la correcta pero Salinas terminó siendo proveedor de la Casa Real de costrada.

A día de hoy, muchas son las pastelerías de la ciudad que la elaboran y también restaurantes que la incluyen entre sus postres para deleite de los visitantes que acuden a nuestra ciudad.

Y es que Alcalá de Henares, además de Patrimonio de la Humanidad es también Patrimonio de los dulces más tradicionales y deliciosos.

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