Cien programas de ola de entretiempo, cien razones para amar la radio

Video killed the radio star. Tal vez fuera así en los 80. Hoy no. Más de cuatro años y cien programas son la prueba audible de que con Zia y Marivel, perdón, quería decir Maribel, no hay vídeo, ni pandemia, ni batallas de audiencias que puedan. Tal vez no estén en condiciones de presumir de tener el número de oyentes de Julia Otero o Iñaki Gabilondo, pero sí de que hacen el programa más divertido y original de las ondas complutenses, y de que han contado siempre con los mejores invitados que se pueden encontrar a coste cero en Alcalá de Henares y proximidades. Músicos, poetas, escritores, artistas, actores, periodistas… Lo mejor de lo mejor, con algún pequeño borrón en el historial, que para el programa 99 decidieron bajar el listón e invitar a un servidor.

Para cada programa un invitado, y para cada invitado un tema. El veneno, el cero, las camas, las reinas, las muñecas, la noche, el ombligo, la suerte… Así hasta 99. Para celebrar el centenario no hizo falta asunto, que la idea era reunir a cuantos más convidados del pasado mejor. Casi aparece hasta el pétreo Comendador, debe ser porque estas dos muchachas viven la vida a tumba abierta. Y por eso, entre otras muchas cosas, se las quiere tanto. Sólo tuvieron que decir quien se apunta, y hasta el apuntador. Todo el que pudo allí se presentó el pasado día 2 de noviembre, incluido yo, estas chicas no aprenden de sus errores, para celebrar un centenario que tiene toda la pinta de ser el primero de unos cuantos. Porque ganas e imaginación les sobran para otros cien programas, y amigos que quieran ir a compartirlos con ellas, los que hagan falta, a puñados. Si hay que “tripetir” se “tripite”. Los del sábado somos ya orgullosos y agradecidos repetidores.

Yo, sin más instrumentos con los que lucirme que el brillo de mi calva y las ganas de montar jarana, aproveché mi turno para echarnos unas risas, más a mi costa que a la suya, y para divertirme como pocas veces me he divertido gracias a los demás invitados, los de verdad, los que llegaron cargados de talento y arte y se marcharon dejándome un recuerdo imborrable, una sonrisa imperecedera, y un destello de alegría en el corazón. Sería muy largo nombrarlos a todos. Os jodéis, voy a hacerlo. En los estudios centrales de Radio Creactividad tuvieron a bien regalar su presencia María Alonso, Edén Tejón, Lidia Luque, Carlitos Chacal Rodríguez, Pilar Astudillo Pastor, Conchi Díaz, David Montijano “Monti” de Nocturnos, Toño G. San Martín de Adiós Cordura, Óscar Espartosa Castillo y Celina Yebra Álvarez de Queen Bee, Iván Fernández, Esteban García y Alfredo Álvarez de Razón y Compás, Nar Bekter y Antonio Balmisa de Amplifica2, Virginia Ceballos y por último, no quisiera olvidarme del chico de los recados, Juan Carlos Muñoz Galán. Casi nada, lo mejorcito de Alcalá. ¿A que ya estáis deseando escuchar el programa? Pues ahí va el enlace, preparaos para 2 horas y cuarto de magia radiofónica.

El vídeo, recemos una oración en su memoria, nunca llegó a asesinar a la radio. Nadie lo hará nunca. Es inmortal. Porque se expresa a través de la más singular de las peculiaridades humanas, la palabra. Zia y Maribel no necesitaron más para llegarnos al corazón en el programa cien, tampoco en los noventa y nueve anteriores. Pero este último fue diferente. Porque a pesar de todos los que estuvimos, y de que nos hicieron sentirnos como si cada uno fuéramos la estrella del espectáculo, en esta ocasión las protagonistas eran ellas. Las reinas de las ondas. Las verdaderas culpables de que ninguno de los presentes dudáramos ni por un segundo de que ese sábado 2 de noviembre no había en el Universo un lugar mejor en el que podríamos estar que en el estudio de Ola de Entretiempo, con Miguel Ángel Simal a los mandos, imprescindible, el puto amo, dejándonos acariciar por las maravillosas voces de dos mujeres que no sólo saben lo que quieren, además se atreven a hacerlo.

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