Bambalinas

Hay pocas situaciones en la vida que produzcan la emoción de una obra de teatro. Siempre soñé desde niño con la posibilidad de ser fotógrafo y captar esos instantes maravillosos que sólo afloran en una instantánea. Es imposible igualar el magnetismo de una imagen fijada para el infinito. Las imágenes siempre están ahí y dependen mucho de la sensibilidad y del momento para poder ser capturadas. La fotografía no es una ciencia, es la suma del talento y la técnica. Y el resultado sigue siendo para mí un sueño hecho realidad.

La luz es para la fotografía lo que el oxígeno para los seres vivos. La luz es la esencia de la fotografía. Ésta adquiere una potencialidad extraordinaria cuando estamos en el teatro, donde los silencios son rotundos y los claroscuros se elevan como el mayor de los retos que un fotógrafo puede afrontar. Y es en ese momento, cuando lo subliminal adquiere importancia y cuando la comunicación fluye por todos los sentidos, cuando debemos ‘capturar los sueños’.

Decía Cartier-Bresson que “El fotógrafo no puede ser un espectador pasivo, no puede ser realmente lúcido si no está implicado en el acontecimiento” La fotografía teatral es una de mis pasiones. Es, a la vez, una aventura, un reto y una gozada. Su enorme dificultad enriquece el proceso y avala la toma de decisiones. Y luego está la búsqueda del ‘talento’, definido por José Antonio Marina como la inteligencia en movimiento. A esta combinación aspiro cada vez que intento trasportar -a través de una imagen- un momento, único y exclusivo.

La pasión es aquello que permite que una vez que entregas un trabajo pienses en el siguiente como motor de continuo crecimiento y también como fuente de inspiración. La vida es ‘puro teatro’ y también ‘pura fotografía’. Disfrutemos por tanto.

Ricardo Espinosa
Captador de sueños

 

Bambalinas – Fotografías de Ricardo Espinosa
HALL DEL TEATRO SALÓN CERVANTES
Horario de apertura en base a la programación del Teatro Salón Cervantes.

— CONTENIDO RELACIONADO —