Antonio de Nebrija (1441-1522)

Ruta literaria por Alcalá de Henares

Localización 17: Plaza de San Diego

Elio Antonio de Nebrija nació en Lebrija (Sevilla) -de ahí su seudónimo-, en 1441. Cursó Humanidades en la Universidad de Salamanca y continuó sus estudios de Filología en Bolonia, el humanismo italiano influyó en toda su vida y obra, a su vuelta de Bolonia comenzó su labor como docente en la Universidad de Salamanca, su intervención fue decisiva para llevar la imprenta a esta ciudad. Su fama hizo que el Cardenal Cisneros le llamase para trabajar en su proyecto más querido, participar en la edición de la Biblia Políglota. Cisneros consideraba que tanto los traductores como los estudiosos precisaban de una Biblia en los idiomas originales y una traducción latina mejorada. En 1502 el cardenal y consejero espiritual de la reina Isabel la Católica decidió satisfacer estas necesidades con una sola publicación. El fundador de Universidad de Alcalá pretendía que fuese el mayor centro de estudios de Teología y lenguas antiguas, de ahí la importancia de dotar a sus estudiantes de una adecuada y rigurosa edición de la Biblia en latín, griego, hebreo y arameo. Diferencias con el resto de los traductores llevaron sin embargo a Nebrija a abandonar este ambicioso proyecto. El resto de su obra tuvo gran influencia en el mundo universitario, español y europeo, siendo una de las cumbres del humanismo en España. Sin duda la hazaña a la que debe una posición de primer orden en la historia es haber compuesto la Gramática castellana (1492) la primera de una lengua moderna y cuyo prólogo está dedicado a la reina Isabel la Católica.

En el mundo de la edición también es conocido por ser el primer escritor en reclamar derechos de autor en España y el mundo occidental. Los últimos años de su vida los pasó enseñando en la universidad de Alcalá, donde murió en 1522. Como ilustre humanista luchó, a lo largo de toda su vida, por recuperar el latín culto que hablaban Cicerón y Quintiliano y que se estaba perdiendo en favor del habla vulgar. Para ello, se basó en el método natural, que partía de un buen conocimiento de la lengua romance -la lengua del pueblo-, como el mejor medio para evitar que se perdiera aquel latín culto. Entre sus obras destacan: “Introductiones latinae” (1481),” Lexicon latino-castellanum et castellano- latinum” (1492), “Gramática castellana” (1492) y “Reglas de orthographia en la lengua castellana” (1517). “Cada vez que se presenten variantes entre los manuscritos latinos del Nuevo Testamento, debemos remontarnos a los manuscritos griegos; cada vez que haya desacuerdo entre los diversos manuscritos latinos o entre los manuscritos latinos y los manuscritos griegos del Antiguo Testamento, debemos pedir la regla de la verdad a la auténtica fuente hebraica” .