Cerros, vega y páramo

Parque Natural de los Cerros
Parque Natural de los Cerros

Los cerros y sus laderas están deforestados en su mayor parte, y en su menor repoblados con pino de Alepo. Les cubre una red de arbustos y hierbas compuesta, en lo más ilustre, por retamales, tomillares, espartales; jazmines, aulagas, jarillas o abrótanos hembra. Aquí encontraremos dos especies abundantes tradicionalmente relacionadas con la cinegética: el conejo y la perdiz común. Dominan el territorio desde el aire las águilas, los milanos, búhos y lechuzas.

Paisaje de la vega del Henares

avutarda
Avutarda

Más allá del soto, lo que no es vega cultivada es barbecho o páramo. Los verdes tapices que cubren los campos en primavera transforman radicalmente el paisaje invernal dotándolo de placidez y hermosura. Entre sembrados y barbechos vive el ave más grande de Europa que, merced a su capacidad de vuelo, también puede decirse que es la voladora más grande del mundo: la avutarda (otis tarda). El macho normalmente dobla en peso a la hembra llegando a sobrepasar los quince quilos. La mitad de los 25.000 individuos que están censados en el mundo viven en nuestro país y se la considera especie vulnerable. No es fácil de observar debido a un carácter esquivo que probablemente sea el comportamiento prudente que impone su dificultad para remontar el vuelo. Desconfía menos de los vehículos que de las personas a pie, circunstancia que puede ser aprovechada por los aficionados a la ornitología que quieran sorprenderla en su hábitat. Y si la avutarda no aparece, la atención puede repartirse buscando y contemplando otras especies de baldío y páramo, a saber: sisones, alcaravanes, aguiluchos cenizos y pálidos; lavanderas blancas, estorninos (en bandada y en vuelo se muestran como un gran organismo polimorfo), urracas, cogujadas y trigueros.

Poca o ninguna vegetación de estos terrenos incultos interesará al amante de la naturaleza no especializado en botánica. No obstante, si alguien quiere aprovechar el viaje con una recolección de interés gastronómico u ornamental podrá elegir, siempre que la temporada lo permita, entre cardos borriqueros y marianos, jaramagos, manzanillas locas, ortigas y pulicarias.

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