Una razón para gobernarlas a todas, una razón para encontrarlas, una razón para atraerlas a todas, y en la claridad someterlas1

Cien razones para amarte XVIII

Esta es la decimoctava entrega de la serie de artículos CIEN RAZONES PARA AMARTE sobre Alcalá de Henares con que nos deleita nuestro colaborador Antonio Lera sobre las cien razones que le han llevado a amar esta ciudad.

Es una entrega MUY MUY ESPECIAL :-). ¡Felicidades IRATXE!

Westley, Buttercup 2, siento contrariaros, la vuestra no es la más grande Historia de Amor verdadero que se haya visto o verán los tiempos venideros. No está nada mal, lo reconozco, pero que queréis que os diga chicos, ni punto de comparación. Y lo sé porque lo siento en cada latido de mi corazón, en cada bocanada de aire que colma mis pulmones, y en todos y cada uno de los instantes que he vivido los últimos 16 años. Porque, atención, spoiler, no hay nada más grande en el mundo que el amor que un padre siente por su hija.

Y de eso va esta Historia. Una Historia que empezó hoy hace justo 16 años. Bueno, en realidad unos meses antes, concretamente nueve. No creo necesario describir el “acto” primigenio con pelos y señales, seguro que todos sabéis de que va la cosa. Pero por resumir os diré que hablamos con una cigüeña amiga nuestra que vivía en una de las torres del Colegio de Málaga y ésta nos puso en contacto con una prima suya de París… ¡Qué coño! ¡Somos todos mayorcitos! Como dicen en mi pueblo, hubo coyunda3. Y la naturaleza hizo su trabajo. Y un caluroso día de verano, exactamente el 5 de agosto del año 2004, vino al mundo Iratxe, nuestra hija, mi mayor tesoro, mi universo. Y lo hizo aquí en Alcalá de Henares. Y llegados a este punto, ni universidades, ni palacios; ni quijotes, ni noches de tapeo; ni almendras garrapiñadas ni mercados cervantinos. Todos palidecen frente al motivo principal por el que esta ciudad es y siempre será tan importante para mí: el hecho de que Iratxe, mi hija, es alcalaína de nacimiento, de infancia y, Señor dame paciencia, de adolescencia. Eso de momento.

El Hospital Universitario Príncipe de Asturias fue el afortunado escenario de tan feliz acontecimiento. Si es que dar a luz “a pelo”, sin la adormecedora ayuda de un pinchazo anestésico en el espacio epidural, y después de un largo embarazo de obligado reposo en su casi totalidad temporal, se puede considerar un feliz acontecimiento. Pues sí, tal vez las circunstancias no fueron las ideales, pero el desenlace lo fue, el más perfecto y prodigioso de todos los posibles. Yo estaba allí, y no cambio ese instante en el que vi asomar una cabecita por el mismo agujero por el que, curiosa e inquietantemente, había empezado todo hacía unos meses, por ningún otro momento de mi ya dilatada biografía. Fue como si lo que había hecho hasta ese instante no contara. Ahora empezaba lo realmente importante. Cuentakilómetros a cero.

No habían pasado ni 24 horas desde que Iratxe tuvo a bien agasajarnos con su compañía cuando ya me vi enredado por los primeros trámites burocráticos inherentes al simple acto de nacer: inscribirla en el registro civil. No sé que fue más lento, la espera a ser atendido o el tiempo que me llevó explicarle a la funcionaria de turno que Iratxe se escribía con “tx” y no con “ch”. El borrón irreparable que mancilla su nombre en nuestro libro de familia es la prueba irrefutable de los problemas de comunicación existentes con demasiada frecuencia entre la ciudadanía y las administraciones públicas. Salvado este penoso trámite pasé a otro totalmente grato, o así lo veía yo en mi retorcida cabeza, y autoimpuesto. Ni corto ni perezoso me presenté en las oficinas del Vicente Calderón y con apenas un día de vida la hice socia abonada del Atlético de Madrid. Y muchos os estaréis preguntando en este momento si era realmente necesario. ¿Qué te había hecho la pobre criatura si la conocías apenas hacía unas horas? ¿No era demasiado cruel y duro ya este mundo al que acababa de llegar para ponérselo aún más complicado? Perspectiva de futuro. Si era capaz de superar eso podría con cualquier cosa.

Son incontables e inolvidables, cada uno de ellos, los momentos maravillosos que hemos pasado juntos. Relatarlos todos precisaría muchas más líneas de las que nadie estaría dispuesto a leer. Con amigos, con familia, y algunos, muchos, los que más a fuego llevo grabados en mi memoria, solo nuestros, llenos de esa complicidad que nace de la confianza mutua y de un amor basado en hechos y pruebas y no únicamente en los dictatoriales designios de la genética y las convicciones sociales. Por recordar alguno cuando era un bebé siempre intentaba estar en casa a la hora de su baño, y cantarle, mientras nos salpicábamos entre risas, mis canciones favoritas, desde Rosendo a Twisted Sister, pasando por Loquillo, Sabina, Alaska o ACDC, canciones que todavía forman parte de nuestro repertorio musical cuando compartimos a solas un viaje en coche. Pero también hubo momentos duros, en los que su sufrimiento retorcía mis entrañas con el dolor más insoportable que he sentido nunca, sin poder hacer otra cosa para consolarla que estar a su lado y sujetar su mano mientras unas bien intencionadas pero torturadoras manos masajeaban su hombro dañado por el cruel ataque de un tumor que acabó perdiendo la batalla. Luchadora mi peque, ¿a ver quien dice nada ahora de que la hiciera socia del Atleti?

irtaxe y antonio

Sé que una fecha especial en el fondo no es más que un número rodeado de un círculo rojo en un calendario publicitario que la Navidad dejó en nuestro buzón y que durante un año, triste destino el de los almanaques que cual replicantes4 nacen con fecha de caducidad, hará compañía a los imanes que te trajeron tu suegra de Benidorm y un amigo, este con la única intención de que no olvides que ha estado allí, de Cancún o de Tailandia. Y aunque Alcalá conmemora precisamente el 6 de agosto la festividad de los Santos Niños Justo y Pastor, y que seguramente este hecho debía ser motivo más que suficiente para que mi relato de esta semana versara precisamente sobre dicho acontecimiento, pues sintiéndolo mucho no va a ser así. Porque para mí, por motivos sobradamente expuestos, el 5 de agosto siempre será el día más importante del año. Así que te pido perdón Alcalá, por relegarte a segundo plano. Pero como esto trata de 100 razones, y va a ir para largo, te prometo que el año que viene tus mártires cristianos serán los protagonistas de esa futurible narración. Lo primero es lo primero. Y lo primero es Iratxe.

Nuestra vida son los ríos que van a dar a la mar…, 5 pero Iratxe, mi luz, puedes ser un idílico y fresco riachuelo que discurre reposado y apacible custodiado por sauces, abedules y helechos. O un caudaloso afluente que enriquece con su generosa abundancia y fortaleza embalses, pantanos o ríos eminentes que cosechan fama y renombre con tu ayuda mientras tú solo apareces en los mapas aumentados discurriendo junto a pueblos y ciudades que crecen al amparo de tu ribera. O, si de verdad lo deseas, ser el río que desemboca en la mar, que surca tierras y países sin importarle quien los habite, que es fuente de vida y, si le enfadan, de destrucción, que une y separa mundos y por el que locos aventureros cazadores de gloria que solo temen al olvido quieren navegar. Sé lo que quieras, pero lucha por ello, sin miedo. El fracaso es no intentarlo. Te prometo que siempre estaré ahí para ayudarte, seré tu ariete y tu estandarte, tu cayado y tu refugio, tu amparo y tu escudero. Porque , sobre cualquier otra, eres la razón de que ame esta ciudad que, más que de ninguna otra cosa, debería presumir de haber tenido la suerte de verte nacer.


referencias

  1. J.R.R. Tolkien. “El Señor de los Anillos” (plus minusve).
  2. La princesa prometida”. O la causa de que cuando tenemos un palo en la mano todos nos creamos Íñigo Montoya.
  3. Correa fuerte o soga con que se uncen los bueyes al yugo. Figuradamente, en algunas comarcas como El Bierzo, echar un polvo.
  4. Philip K. Dick. “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” Novela en la que se basa la película “Blade Runner”.
  5. Jorge Manrique. “Coplas por la muerte de su padre”.

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