“Alias Grace” es una miniserie de Netflix basada en la homónima novela de Margaret Atwood, basada al mismo tiempo y libremente en una historia real.
Pocos años después de la publicación de esta obra en 1996, la actriz, guionista y directora Sarah Polley, se obsesionó con la posibilidad de colaborar con esta escritora, y eterna candidata al Premio Nobel de Literatura, para llevar a la pantalla a su Grace. Muchos años años necesitaron para que este proyecto viera la luz.
La espera ha merecido la pena.
El guión de Alias Grace, escrito por ambas canadienses, aborda la vida de Grace Marks, una joven inmigrante irlandesa y empleada doméstica en el Alto Canadá, implicada en 1843 en un terrible crimen del que parece no recordar nada. Una década después, el Dr. Simon Jordan intenta ayudar a Grace a recordar su pasado. A través de este terapeuta y con la búsqueda de la resolución del crimen como gancho principal, Grace (hipnótica Sarah Gadon en este papel) nos adentra en sus recuerdos para plantearnos un juega en el que narradora y espectador reconfiguran constantemente el puzzle de la historia.
Al mismo tiempo resulta un apasionante análisis y un poético relato sobre las diferencias de clase, las injusticias cotidianas, las relaciones de poder y, sobre todo, el papel de la mujer en el siglo XIX. Y es que, al igual que sucede en su perturbadora distopía adaptada por la HBO, “The Handmaid’s Tale“, Atwood explora los abusos que las mujeres llevan soportando desde hace siglos y contra los que las protagonistas de estas historias intentan rebelarse.
Dentro de este magnífico equipo no podemos olvidarnos de la bella dirección de Mary Harron (también escritora y directora habitual de la industria de las series, como en “A dos metros bajo tierra” y “Big Love”, y de películas como “American Psycho“) ni del papel que tiene en este relato su preciosa banda sonora, firmada por dos grandes compositores como son Jeff y Mychael Danna.
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